Aferrado,
aferrado al recuerdo de la música
que nacía de las cuerdas de su guitarra
No se arrepentía,
el tiempo le había dado razones
para aprender a abrazar en silencio
lo que prolongaba la vida
Su amor no se condicionaba,
era todo y sin remilgo
Aferrado,
cerró sus ojos
y en su pecho abrazó la memoria
de la dueña de sus melodías
Aferrado,
durmió en su alma aquella partitura
que ciego de amor,
escribió suspirando
a la inalcanzable luna
***
13-04-2017
Isis M.