Veo a los niños correr
deshinibidos y sin furor,
con la pujanza y gracia
de un pimpollo
que se hace flor...
Recostados en la hierba
un mozalbete con su damisela,
sueñan que son aves en el cielo
y que se bañan de sol,
sellan con un tierno beso
un juramento de amor...
En un banco de la plaza,
un anciano mira en lontananza.
Su mente, es una partícula del tiempo
que regresa
a inviernos y primaveras
pasadas...
Niño, doncel y anciano,
una sucesión de estados,
existencia finita que se juntó
en un solo acto.
Un cierto miedo
invade a mis pensamientos,
pienso: \"tan efímero es el vivir
y tan pasajero como las nubes
que arrastra el viento...
Dios...se disfraza de pájaro
y en su canto me declama:
¡No te quejes y disfruta cada etapa
y no le temas ni a la muerte
porque después de ella,
comienza la vida eterna!
Adolfo César Marcello
Seudónimo: NAZARENO
Tucumán - Argentina