\"Aparta de mi este cáliz
mas que sea tu voluntad\"
A mi diestra contabilizan
lo que mi cabeza va a rentar
a mi siniestra me aseguran
jamás me abandonarán
pero en la primer trinada
me habrán negado
y abandonado
y algunos volverán a mi
cuando la tormenta haya amainado
Mujeres, no lloren por mi…
¡lloren por sus hijos!
que si esto hacen con el hijo del hombre
que no harán con ellos
***
Azota mi rostro el viento
con su palma de fuego
el silicio se aferra a mi cuerpo
y escucho el bramido de la turba
clamando crucifixión
Se cierran las nubes en el cielo
negándose este a contemplar
las barbarie que viene a suceder
mientras al pie de la cruz
donde la sangre cae gota a gota,
como mis lágrimas;
dos centuriones
con cascos de guerra
se juegan a los dados
el retazo de tierra
que esta sangre absolviera
***
Desde el cesáreo trono
de las Naciones Unidas
los nuevo pilatos se lavan las manos
y cubren sus ojos
velos de divisas
Mientras los gladiadores
siguen en el circo
blandiendo espadas
entre tigres
y zarzas inflamadas
y allá en las gradas
panes y peces
ahora se dividen
entre las masas que claman
Y seguimos Barrabases
pretendiendo
despertar lazaros
mientras Juanes sucumben
ante las Herodías
y nuevos sanedrines
compran al mayoreo
a los Judas
a quienes luego cobran
la reata para ahorcarse
y el ataúd pa enterrarlos
***
y desde la mascarilla
que le ayuda a respirar
los nuevos cristos
cantan en coro celestial
“Perdónales Señor
y volvamos a empezar”
Llaman a mi puerta
me quieren callar
me ofrecen ignorancia
en cómodos pagos
y Salomés inflables
para mis amagos
Azota mi rostro
el silicio del remordimiento
y un Jordán se derrapa
por mis mejillas
pero como Tomás
seguiré diciendo:
“hasta no ver, no creer”
y como Pedro seguiré negando
mientras el sanedrín
el vino me siga subsidiando