Como secuoya enraizada
mostrándose inalcanzable
a mis deseos,
a mis manos
hambrientas de caricias
de corazones amorosos,
a mis palabras
sedientas de luz,
a boca que huele
a beso dulce,
así eres tú.
Como trampantojo
sobre ánfora de barro
envejecido de tiempo
y con sapiencia
negado a mis ojos ávidos,
a mi alma esponjosa.
Como estrella luminosa fugaz
deslizándose veloz,
para en segundos desaparecer
dejando de nuevo oscuridad,
sólo oscuridad,
entre arabescos de flores
abiertas con la lentitud
del amor
junto a mi corazón que se apaga,
para desmoronarse
como estatua de arena.
(Correjido y ampliado) 14-4-2017