Al susurro de olas y suaves arenas
furtivamente te arranqué
candorosas miradas.
Al son de melodías resacas,
espumas indolentes
y gaviotas flautistas
deslizabas dulcemente
inquietas confidencias
a la amiga de tiernos días.
Al atento escrutinio
de islotes fisgones,
punzantes pelícanos
y asombrados barcos
tu inocencia caló hondo
en mis torbellinos juveniles
y tu sonrisa pura
en mi alma de niño.
En la brisa y olor de mares
se entre mezclaron
tus níveas fragancias
arrebatador perfume
de tu delicada esencia.
Han pasado tantos años
y aún recuerdo tu nombre
Karina la que erigió
en las ruinas de Pachacamac
un cariño que aún perdura.
Éramos tan jóvenes...
A nuestros espíritus infantiles
sonreía tanto futuro
que promisorios espejismos
se tomaron de la mano
imaginándose
lo que no sería posible.
Aún me pesa el no haber intuido
el anhelo de una niña que se hacía mujer
de mieles, suspiros y flores
que sólo se encuentran en un beso
el beso q no te dí...
Al despedirnos ese día
mi torpe nerviosismo
o el destino tal vez
separó nuestras vidas
por senderos ausentes
de cariños, mieles y besos.
En los ruinosos adobes
quedaron nuestras huellas.
! amores inmemoriales !
! doncellas del Sol !
! princesas y manantiales !
olas y arenas resbalando por nuestros dedos
frente a las islas de Pachacamac
y en la cenizas de un amor
que nunca ardió...
***AURO IM QUEBAR***