Te vi anoche en mis sueños, forjada de rosas blancas, inspirando pasiones alocadas y deseos con furor, te vi a mi lado y te alejabas, mientras tu nombre clamaba vi más pequeña tu espalda y nuestra distancia aumentaba, te soñé y te vi, cerca y lejos de mí, tu cuerpo terco y descontrolado se marchaba mientras sentía tu alma a mi lado, con el calor único que transpiras y ese aroma particular, confundiose con la fragancia de las flores mañaneras. Te vas cuerpo deseado, pero aun mantengo a mi lado tu espíritu anhelado. Te soñé y te vi, aunque ya no estés aquí.