Raúl Navarro

Guía mi barca

No me des mucho que me condeno,
ni me des poco que me espanto,
quítame un poco cuando esté sereno,
y me lo regresas cuando ahogue el llanto.


Jesús, guía mi barca hacia tu puerto
sobre aguas cálidas y serenas olas
que tengo miedo de quedarme a solas
en alta mar, con el corazón abierto.