CONFESIÓN DE AMOR INESPERADO
En una noche tranquila, de fresco viento,
una noche diferente donde el silencio,
extrañamente, era más callado
como esos mensajes
que repentinamente se ausentan.
Fue en ese instante de extrañeza
cuando -sin saberlo porqué-
sentía algo por aquella mujer
que sigilosamente observaba
-inquieta y triste, tierna y dulce-
con sus ojitos de luna llena
lo que ocurría al otro lado
sin la menor intención de contestar
porque lo hacía en un silencio sin igual.
No eran amantes, pues querían amar
y aunque no se amaban, se querían
-la cosa más curiosa del mundo-
y así como el viento que va y viene
y no sabe adónde va
se dijeron lo que nunca se habían dicho
y el amor quedó a flote, desnudo, sin abrigo;
perdiéndose (nuevamente) en el silencio,
con las ganas, vacías de intento,
y con un corazón más aturdido que otro
esperando no sentir el dolor que empezaba aflorar.
La noche lentamente avanzaba
y con ella se iba el amor entre sus piernas
ya no hay mensajes entre ellos
pero todavía se siguen, como el viento,
a todos y ningún lado.
Autor. LMML.