Verano acariciame devotamente
con tus manitas sumisas
q quiero sentir
tus petalos en mi rostro
porq en esta tarde triste le confese al obispo,mi pecado.
Verano me veras atrapado en mi balcon
rezando el rosario de mi cruel penitencia
mientras se deja caer
el aro dorado de entre tus dedos
para sepulcrarse
en la tierra triste de tu fe.
Verano acariciame para siempre
con tus petalos por ultima ves,en esta tarde triste.
Y no llores verano,porq este surco q ahora muere
no muere si no es hasta alcanzar,tu perdon.