Barquíta que navegando por la ribera tú vas
como gaviota al viento muy cerquíta de la mar.
Va buscando a un marinero que hace tiempo
en tierra está, marineríto del puerto a tí te viene a buscar.
A buscarte viene al puerto para llevarte a la mar,
en éste mar tuyo y mío, de esteros y blanca sal.
¡Embárcate marinero! coge el timón de la barca,
llevalá por la bahía entre sus aguas de plata.
Quiere vivír en silencio esa luníta de náca
cubierta de manto negro, lleníto de estrellas blancas.
Y disfrutar de esa luna en una noche de estrellas,
por las aguas de sus mares, esa barquíta de velas.
Regresárla con el alba y atracárla en la ribera,
recogérle su velamen y volver de nuevo a tierra.
¡Te preguntará la barca, sí de ella tú te acuerdas!
que en ella tú navegabas antes de que tú te fueras.
La amarraste en la ribera dejándola en espera,
y fuístes marinero en tierra...¡por mucho tiempo olvidada!
Barquíta de blanca sal antes de morir yo quiero
salír contigo a la mar a contemplar los veleros.
Menesteo