Raúl Navarro

Melida

Cuando vi tu rostro sereno

Tras ese cristal empañado,

Dibujando tímida, grácil,

Una sonrisa con tus labios,

Al mirarte así, llena de paz,

Con tus ojos bien cerrados

Y tus manos quietas reposar

Sobre ese vestido blanco,

Dentro de mi corazón jamás

Creí que estabas muerta,

Para mí, que estabas dormida,

Para mí, que estabas soñando…