Cuando vi tu rostro sereno
Tras ese cristal empañado,
Dibujando tímida, grácil,
Una sonrisa con tus labios,
Al mirarte así, llena de paz,
Con tus ojos bien cerrados
Y tus manos quietas reposar
Sobre ese vestido blanco,
Dentro de mi corazón jamás
Creí que estabas muerta,
Para mí, que estabas dormida,
Para mí, que estabas soñando…