Díganle a esos ojos luneros
que no he dejado de pensar en ellos
no hay noches alegres
si no brillan al par como luceros.
Cuéntenle por favor
que ya no me alcanzan los dedos
para contar las veces que extraño
poder volver a verlos.
A la lunera que los carga
susúrrenle con paciencia
que todavía la espero,
a inicios de cada mes
o a finales de luna llena.
Grítenle suavecito
a ver si entienden esos ojos luneros
que mi silencio expresa en verso
lo mucho que deseo
tenerla cerca lunera.
Díganle de nuevo a esos ojos luneros
que no quiero de ella un amor medio amado
quiero una luna entera, no menguante, no afanados
que, aunque de día escasamente me piense
y de noche me recuerde con lo que cuelga en su cuarto.