Mate fresco con bombilla de plata
Sorbo a sorbo vaciando uno y llenando el otro,
mate tras mate, recuerdo tras recuerdo
- van surgiendo las gotas
de claridad de la vida.
Esa vida que ha ido pasando
- sin darnos cuenta.
Esa que ha dejado huella
- como alimento del alma.
Surco de tierra abierta
- que siempre se presenta.
Marca revivida y fresca,
como un amanecer de siempre
como una voz repetida
- que da fuerza.
Vitalidad que vuelve,
vitalidad que reconstruye
- ocasos ya olvidados
- luces y añoranzas…
Mate fresco, dulce o amargo
- con bombilla de plata.
Con mucho cariño preparado
para todo el que lo beba
- con la esperanza de ser ligazón
y también lazada
de esos pasos dados,
de esos senderos recorridos
de esas huellas infinitas
- como rumbo de manada.
Ahí están los abuelos,
los padres, los hermanos,
toda la parentela, los vecinos
y también los amigos
Ahí están sus recuerdos
- ahí están también los nuestros.
Ellos, también han caminado,
casi, tus mismos senderos,
- a veces muy solos
- otras acompañando.
Por aquello, por los nuestros,
por esa vida transitada y recordada
- algún sorbo del mate fresco
- puede ser lágrima que rueda
- como también carcajada.
Penas y alegrías
que de la mano pasaron
- por caminos no olvidados
Mate fresco, mate de hoy
y también de mañana…
- que algún día aprendiste a cebar,
con la Abuela y su bombilla de plata.