En un país musulmán los cementerios están en una altura.
Porque la muerte preside todos los momentos de la vida.
De esta manera ningún superviviente nunca olvida.
Que nuestra estancia en la tierra es un instante lo que dura.
Musulmán o cristiano, ambos prometen un paraíso.
Para compensar los malos ratos.
Tenemos tal abundancia de datos.
Que si alguien, no se enteró es porque no quiso.
La gloria islámica son jardines
habitados por virginales mujeres
y soñados querubines.
El paraíso cristiano
habitado por piadosos seres
en un rezo cotidiano.