¿Perder la virginidad, perderla?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿por qué? Si hablamos sin flotar en nuestros sentimientos, si analizamos sin ser soñadores que creemos en el amor, es banalmente una condición biológica momentánea que -a veces- se convierte en un acto vil de profanación inconsciente de nuestro cuerpo y lo peor, de nuestra alma, pero acaso perder la virginidad no va más allá de un acto carnal que satisface a muchos en su crueldad de poseer algo guardado con celo que se espera entregar como Dios lo indica, que se espera entregar como algo sagrado que se tiene.
Seres viles seremos cuando nos vanagloriamos en contar las veces y lo más bajo, con cuántas personas se hizo y exhibir como trofeos de cacerías nombres hermosos de seres inocentes que cayeron en una verborrea de mentiras.
Graso error decir no ser virgen cuando jamás se ha entregado el corazón y descubierto el alma para mostrar la verdad de lo que se da, para mostrar la calidad humana, para poner lo sagrado en manos del ser que se ama, solo así, entregarás la virginidad por cada vez que hagas el amor en entregas totales.
Reflexionando profundamente y entrando en conflictos de horror, ¿acaso a estas alturas hemos hecho el amor?, ¿hemos entregado el alma?, ¿hemos dado el corazón sin condición?, los afortunados y con la bendición del creador dirán que sí, para otros les da miedo expresar la respuesta, les da pánico responder y entre lágrimas admitir que “NO”.
Soñamos con amar, en una alcoba, en un sofá, en la calle, en el cine, parados, acostados, sentados, en cualquier sitio osado y lleno de nervios, en donde se manifieste el deseo, la pasión desbordada y el amor real, soñamos con hacer quelas pieles se unan en una sola, con recorrer cada palmo, cada centímetro, despertar cada poro, morir entrelazados, gemir, gritar y entrar en un jubilo infinito.
Si por causas de la vida, llegásemos a cambiar nuestra esencia y pasar al lado de los escépticos, puesto que hace centurias dejamos de ser niños y perdimos la virginidad en una verdad cruda y dolorosa .Da pánico que solo sea un sueño, una ilusión metafórica que nos mantiene vivos, da terror morir sin saber qué es hacer el amor y morir virgen con los sentimientos intactos...Reyshe Mendez Lobito