Numerosas situaciones reales
nos clavan clavos dolorosos en nuestra alma
y nos sentimos como si la tierra nos tragara
como si las olas del mar nos azotaran con intensidad
y sangramos a través de las heridas,
deseando verlas cicatrizadas un día
y renacer de nuevo.
Si nos visita la miseria
no podremos comprar comida en el supermercado,
tendremos que cogerla en las basuras
y comer en comedores de caridad.
Si nos desahucian de nuestra vivienda
Nos refugiaremos en sotanos
Y viviremos bajo un puente como los mendigos.
Se nos escapa la salud
Porque padecemos una enfermedad
Como cáncer, demencias, cardiopatías
Que poco a poco nos consumen y agonizamos
Esperando que nos visite la muerte
Contando los días que faltan con tristeza
e invadidos por la resignación.
Si nos conquista el desamor
Ya sea porque nos engañan con infidelidades,
Porque nos olvidan y abandonan
Porque nos cansamos de las dificultades de la convivencia.
Si nos golpean las injusticias
por el exceso de favoritismos, envidias,
por la opresión y explotación de los poderosos hacia los débiles,
por diversas discriminaciones,
muchas personas falsas nos sonríen por delante
y luego nos clavan el puñal por la espalda,
ante todas estas situaciones dolorosas
muchas veces nos damos por vencidos y sufrimos.
La vida pega muchos palos,
todos los que enumero y muchos más
pero no debemos huir de las tormentas
sino aprender a vivir con las tormentas
y buscar un calmante para nuestros dolores.
Construye una cabaña interior
y refúgiate dentro.