Desde un punto puro, de sosiego y calma
recuento la historia de éste gran amor.
Los besos, caricias y toda la llama
de ese fuego igneo que quemó en los dos.
Se extiende como hálito sublime de sueños
como una quimera de espuma y de sol,
el lucero eterno que vive en tu entraña
y alumbra mi adentro rendido de amor.
El tiempo se esfuma detrás de la espera
de aquellas quimeras que vuelan fugaz.
Y siente el espacio que vive en mi adentro
con sutíl empeño...que tú volverás.
Mi ternura en versos contigo suspira
plantado en el tiempo de noches de sal.
Bebiéndome a sorbos aquella dulzura
que contigo el tiempo me retornará.
LEONARDO HENRRICY SANTIAGO