El dulce vuelo del picaflor
Contemplando el trasluz de las agua del remanso
los colores del entorno adornan con sus brillos
las paredes verde oscuras y tierra húmeda
de las orillas rotas y multiformes
donde chocan las corrientes alegres
de las aguas que bajan en carreras audaces,
parecieran cintas de plata transparentes
con adornos navideños envolviendo regalos
al contemplarlas...
Sombras y brillos de plata
luces blancas y pinceladas de colores fuertes
suavidades de espejos inmóviles
reflejando las flores del chilco
que cuelgan como guirnaldas,
que danzan luciendo sus faldas
como estrellas de fuego
bailando con sus zapatillas rojas
y polen de silencios
terminando en puntas agudas, suaves...
Coloreado terciopelo
llamando a ser visitadas
por los insectos y picaflores
que bailando
degustan el néctar dulce
que se derrama en gotas
como ojos en forma de perlas.
Es la danza inimitable de ese pequeño bailarín
suspendido en el aire mientras goza
las dulzuras de vida que el chilco le regala...
Son sus alas como aspas
repitiendo los círculos mil veces
por infinitos tiempos
que le permiten suspenderse
en el aire...
pasando de flor en flor
de de árbol en árbol
mientras canta y goza ese regalo
envuelto en amor
con colores turquesa,
gotas de dulzura
y goce de libertad y vida.
Su volar nervioso le traslada como relámpago
por circuitos establecidos
de dulces y coloridos regalos.
Pareciera no tener miedo ni temores
él, simplemente vuela zumbando con su alas
en vuelo rápido y alegre,
agradeciendo con su agudo canto penetrante
al árbol amigo que siempre le está ofertando
la vida por mediación de su néctar...
sabor a miel de abeja
envuelto en amor lleno de colores
y formas únicas
de su árbol amigo el chilco...
Escondida chispa de fuego de los bosques
brillando como estrellas
en un manto verde y húmeda tierra...