Muero de hambre, por ti
recorrer con mi mirada
los caminos de tu mente
los conductos en tu cuerpo
y los montes de tu Venus.
Muero de sueño, sin ti
embriagado descubriendo
los olores de tu carne
la cereza en tu cóctel
...los rincones de tu cerro.
Vivo sufriendo al sentir
turbulencias en mi cuerpo
insatisfechas y constantes
apasionadas y ardientes.
¡No avives más mi sufrir!
Aprisiona con tu mano
la hoguera que derrite
los fluidos del elixir
...pasional.
Y así, fundirnos los dos
con pasión desenfrenada
apartando la mirada
del mezquino que no ama
ni deja hacer el amor.
© Eloy Mondragón