Me están quemando los párpados
estos ríos de tristeza desalmados;
me engaña el latido y me derrumba
con fuerza hasta que me tumba.
Me florecen raíces secas,
mi cara está intacta y sin muecas,
Yacen pedazos de mi soledad
en busca de una animidad.
Se me retraen los sueños
envueltos tan pequeños
y me hostigan con tanto empeño
porque la ansiedad se vuelve su dueño.
Se me matizan colores oscuros
en mundos donde no hay muros,
solo el firmamento frío y seco
donde chocan nubes con su eco.
Se me paraliza el pensamiento
y me convierto en pavimento
Pues, ya nada importa;
nada es lo mismo si tu no lo tocas.