Quizá fue la clarividencia de tus manos
pasando páginas a la vida
en la endeble arquitectura
del tránsito de mis desordenados días.
Quizá porque no hubiera entre nosotros
más antagonismo ni otra identidad
que poner fecha a las heridas
y, entonces, nos volvíamos hacia ese mar
de pies mojados en la orilla
que tanto empeño manifestaba en separarnos;
y ese mar calla y aguarda
y nosotros esperamos
que se levante en él el viento,
en tanto una luz crepuscular
se debate en el corazón de cada hoguera.
\"Arena en los bolsillos\" 82015)
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