Eres tu la mentira más grande
nunca antes escrita en un poema,
debí desconfiar de ti
desde el día que regalaste al perro.
Permita definirla señora mentira,
la tristeza se me ha llevado hasta el pelo
y en la penumbra venidera
no sabe lo que ha perdido.
Mueres por amor tibio, aunque solo soplas frío,
me ulceraste el amor, se me ácido la vida,
te aseguro que ante sus ojos, eso es delito.
¿Cómo puede ser capaz de verme a mi sin ti?,
¿cómo pudiste llenarme de tanta mentira?,
¿cómo puede mentira desperdiciar a si su vida
y de paso hacérmela desperdiciar a mí?,
¿como pudo llenar un catálogo especificando
el protocolo vil que utilizaste conmigo?.
Tú, tal cual oxido que hace daño
a las cuerdas de mi guitarra.
No pienso pronunciar más tu nombre,
digo decirme más mentiras,
de esas que te aplicas de colonia,
con las que hueles desde lejos.
Solo dispense por el canto con modismo hiperbólico
que hago al exaltar la sutil manera en la que vives pedazo de mentira.