Podría quererte
por tu cabello ensortijado,
incluso por la delicada línea de tus cejas.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
por tus ojos, amplios balcones con vistas
a un horizonte que se me hace más cercano,
no siendo ya aquel atrapado versículo
entre una inconsistente tierra y un cielo despiadado.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
porque eres furtiva como la brisa
que, en las soleadas tardes de verano,
cuando reina la pereza,
se hace alegre compañera.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
simplemente por tu nombre, a ciegas,
sin pensarlo, ajeno a cualquier otra razón,
y no olvidarme jamás de que te quiero.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
porque ahora ocupas esa parte,
antes inhabitada, de mi cielo.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
porque vistes sin prisa los amaneceres,
porque eres como el silencio que queda
cuando el viento se aleja.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
con mis palabras viejas y con mis palabras nuevas,
y con mis manos vacías
que velan las horas inciertas.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
con todas mis luces y con todas mis sombras,
cuando la tarde declina y se anuncia la noche.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
con la urgencia de mis pensamientos,
con la seguridad de lo inalcanzable,
sin saberte mía, sin saberte de nadie.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
como el viejo marino quiere al mar y a su barca,
o porque en tus ojos la lluvia amanece templada.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
porque mi piel se enfebrece
cuando ronda la noche en la alcoba,
y en los lienzos que baña la luz de la luna
se dibuja tu aniñada cara.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
por andar los caminos a ciegas sin tomar atajos
o porque tus besos me llevan el rocío de la mañana.
Tal vez podría quererte.
Podría quererte
cuantas veces un eco repitiera que te quiero.
Podría quererte
sin dudar ni un instante que te quiero.
\"La alcancía de la memoria\" (2013)
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