Dear my dark angel:
No es un poema lo que siento, no hablan las sombras ni el viento y tan si quiera ya son lamentos, se desvanecieron mis intentos, dejé de luchar por momentos y abandoné esta guerra de tormentos...
Qué decirte... tanto tiempo muerto para nada por lo que decidirte, ya no queda ceniza por la que escribirte, no existe demanda del poeta que eras ni de la poesía que manda, ablanda sentimientos de piedra que no crecen en enredaderas de hiedra ni en flores que eran mis musas tan grandes, se perdieron detalles, la bruma cubrió todos los lares, esperanza ninguna, aullidos al borde de media luna...
Contestaciones ni una, mil y una noches sin llorar alguna, tantas llenas de reproches con rencores suicidas que acabaron por borrar dos almas gemelas de nuestras vidas...
Y entre tus idas y venidas, perdiste el norte y yo el camino que soporté en la despedida, perdimos lo que sin vivir vivimos, retales de un pasado que pasó y nos destinó a otro lado, la vida no llevó a cabo la oportunidad que nos ha dado, fuiste tú, quizá yo... no lo hemos aprovechado.
Entre tanto escribir se me olvidó, notando como mueren las rimas y la inspiración, ya no me animas, mi pluma murió en este tiempo muerto, la muerte de mi poesía soy yo, ya no oirás su melodía, ella también murió, sufro alevosía en mi filosofía, mi alma se esfumó, está buscando la tuya todavía, pero sin mente, sin corazón, no se escribir por estas tonterías, se esfumó la musa de tu alma difusa, me abandonó un tanto confusa por no saber realmente que la mía era una semifusa, música silente que ahoga mi mente, echo tanto de menos tenerte en presente... algún día de algún año hecho siglo nos encontraremos eternamente, no me extraño pues somos almas que vagan consecuentemente para su futuro reencuentro en el que nos amaremos inmediatamente...