A mis hijos, que un día fueron pequeños
retoños y hoy son adultos hechos y derechos
Solo Dios y yo sabemos: cuánto los amo
Lo que he llorado al verlos enfermos
Todo lo que me ha angustiado el solo pensar que no
pudiera darles una buena educación
Una sana alimentación e inculcarles
buenos valores
Que no lograra hacer de ustedes, personas de bien
El temor de que cogieran un mal camino
He llorado con ustedes sus penas de amor
Me ha dolido más a mí, que a ustedes
cuando los han lastimado
Las muchas veces que me he arrodillado
ante él, para aclamar por ustedes, lo sigo asiendo
y no dejare de hacerlo hasta el último segundo de mi existencia
No imaginan cuanto me alegran sus triunfos
y como me agrada que me cuenten
sus planes a futuro
Porque los amo, con ese amor incondicional de Madre!!!