Existe en el fondo,
un temor a la soledad,
a asomarse a la abisal desnudez
del frío abriéndose paso hacia la carne,
y buscamos, entonces, el refrendo
en ese desasirse de las cosas
que hemos ido acumulando día a día
como sumarial inventario de nuestro hastío,
e intentamos renombrarnos
en cada agotadora vigilia de la vida;
mas en cada derrota se esconde un ardid,
un cruel e innecesario juego de palabras
que apenas cambia el rumbo de los días.
A nada obliga esa luz
que, ahora, desciende sobre el páramo,
desabrido, con la tristeza a cuestas,
tras los sesgados renglones
que escribe la lluvia.
Cuántos días transitan estremecidos,
en un desengaño estéril,
en desigual cortejo de demudados rostros.
Ya la luz se afila, aupándose
en esa fe ciega que muestra
hechuras de sueño eterno,
y, a su amparo, el tiempo pasa dejando
esa ausencia que, como una mancha,
el alma aprieta, en tanto la tierra
se traga su aliento y se duele
en las raíces que la sustentan.
\"Arena en los bolsillos\" (2015)
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