La acción transcurre en una ceseta de ladrillos de San Antonio, Vall d´Uixó. La caseta ha sufrido los desperfectos de la crisis económica, y la huerta que la rodea en un bancal del secano, los del cambio climático. Cañas con guisantes cenicientos se yerguen apuntado al cielo, los guisantes forman una dorada corona con sus frutos por el suelo tras sus días y noches en el desierto. Cohetes de fiesta. Tablas de mesa, sillas, bullicio chusmero de gente que nada de lo malo censura. Espanto de santos. Los poetas , los dramaturgos, los pensadores huyen del pueblo que se entrega abominable a compartir con las autoridades en hermandad . Seguro pecado, que nadie de peñas, comparsa, ni fiestas, al igual que los ricos sube al cielo.
El elegido de San Antonio, que se retuerce por llevar una vida de santo, Angelillo de la Cruz, el de las largas hora de trabajo, que desaparece día a día, por una grieta de la tierra que se lleva el agua de su huerta, se levanta de su sabana. Aspecto de cansado. Vida de martirio no elegido por inadaptado. La armonía llega con los cantos de los últimos pájaros vivos que trinan el bolero de rabel , tal y como riendo se lo ordena, mientras abriendo la ventana les relata su sueño. Medita en esas horas que será de la culebra Pica Pica, de samaruc, su pez que siempre le recibe y se mete en su cubo cuando lo hunde para llevar agua al huerto, y al verlo asomar, lo devuelve en el siguiente viaje a su charca. La rana crocratina, y así un sin fin de compañeros de charca.
Dando palmas Angelillo les pide atención. Tres perros, dominador, subordinador y senegal de vall d´uixo saltan a la cama, y a su espalda quedan mirando la ventana. Asoma horizonte árido, brisa de poniente casi fuego penitente de levante, escuchan el relato del sueño de su dueño:
” San Vicente me ha visitado en un sueño, a mí de entre todos los valleros ha elegido por ser el más perseguido. Me ha explicado que solo hay una forma de salvar la fauna amenazada de la charca. Para ello debo atar cada día un pez a un globo de colores y soltarlo por el cielo para que San Vicente lo lleve a la feria con su nombre. allí la policía local lo bajará de los cielos y lo depositará en una fuente o jarra con limpia agua. Si esto no funcionara, y el mensaje no se entendiera, debería seguir el siguiente pez formando una cadena día a día, así hasta que sean todos liberados. Y si a la charca el ayuntamiento no le pusiera remedio para ayudarla, como persona ahogada, que dejan que se ahogue, debería seguir por las ranas. También a cada animal que viaje en globo,debe ser heraldo de escrito de San Vicente, un poema en una instancia municipal”
Sacando un instancia con el sello del ayuntamiento Angelillo empieza a escribir guiado por San Vicente :
Peces atados a globos de colores,
en la feria de San Vicente,
dejan los huesos soldados al cobre.
Las faldas de las falleras,
clavan su virgo hasta las estrellas.
Bajo la ceja de San José,
arcos de cuencas secas,
donde se asoma el espejo repleto
de alfileres de peces,
sobre cuyas espinas croan agrietadas
las ranas hundidas,
entre la blanca cal de las piedras.
Un horizonte de ocaso
resuena entre dolzainas.
Los caracoles bailan con sus agónicos ojos,
hasta que una pisada rompe la cascara,
entre el sucio fango seco,
casi polvo estéril
de almas evaporadas
que no tienen entierro.
Escrito el poema, el elegido de San Vicente fue al encuentro de la charca y entre las piedras, casi muerto pudo liberar a samaruc, al que atándolo de la cola al extremo de la cuerda con un globo.
Saliendo volando dio en manos de la alcaldesa que hablaba desde el campanario de la Asunción del cambio climático.
De este modo fue salvado.
Angelillo de Uixo.