Tanto te esperé,
que en mis más oscuros sueños,
solo me sostuvo la luz de tu amor
Pero ya no espero,
ya no logro arañar un verso
que no tenga sabor a lágrima
Y ya me voy,
doliéndome la ida,
porque me duele el aire,
me duele el vacío,
lleno de tantos quizás
Ya no hay tiempo en el reloj
y se me agotan las manecillas
y se desgasta el tonto mecanismo que no engrana
y en retroceso me consumo
Y la pulsera agria
de este sudor que se desliza
y un volante que anuncia un reclamo,
se me pega en la espalda
y me embarra el desconcierto,
un alarido oxidado de rieles que se agolpan,
una estación, un paraguas y esta voz
que resucita solo un eco tenue…adiós
***
18-04-2017
Isis M