Reprimo yo ese llanto en mis pupilas
y ahogo mis palabras ya sin vida
revueltas para siempre en las mochilas
que tienen los recuerdos de mi vida.
Llorarte no podré por tú medida
que ahogaste un corazón lleno de vida
por culpa de otro amor que tú quería
dejándome mi alma malherída.
No quieras que yo llore tú partida
que tengo el corazón lleno de heridas
aguantando y soportando esa ida.
El amor que te entregué fué exquisito
lo mejor que yo te daba era infínito
pues salía de mi cuerpo por instinto.
Menesteo
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