Un hombre lobo, que es más lobo que hombre.
Sus ojos, lunas de sangre que sangran.
Sus encías sucias, solo desangran.
Loco ser hominófobo, un sin nombre.
Por no jugar a ponerle pronombres.
Malo como veneno de alacrán.
Expuesto mientras otros lo denigran.
Es pringado y no se asomen ni asombren .
Vive de llantos en sucios talegos.
Y los jueces lo condenan por feo.
Aprisionado por su exceso de ego.
Juzgado en la inquisición por ateo.
Converso en cenizas, bendito fuego.
Así se ahorra sucios abucheos.