Aunque mis ojos no te habían visto
mi corazón y mi alma sabían que ahí estabas...
velando mi sueño en frías noches de invierno
y como brisa fresca en calurosos días de verano.
Tantas noches te idealicé en mis sueños,
y tu caminabas con rumbo a mi vida
teniendo como único limite mi silencio .
Quizá, tuviste primaveras sin flores y otoños
sin hojas volando por el viento, y aun así, estabas para mi,
en ese lugar en medio de tu soledad, naufragando en tu nostalgia,
deseando al igual que yo, que el destino cruzara nuestros caminos.
Siempre estuviste ahí, con tu mirada hechicera esperando por mis ojos,
con tus dulces besos esperando por mis labios,
con tus manos de guerrero deseando traspasar los limites de mi cuerpo.
Hoy finalmente el destino cruzo nuestros caminos,
por fin mis ojos te vierón y mi historia se empieza a escribir de nuevo.
Luz de Amanecer.