Vienes como vendaval desolando los caminos derechos
Torciendo la voluntad solemne, arrebatando los sueños
Tu presencia ruge en los oídos acumulando solo gritos
¿Porqué claudicar decisiones sabiendo lo que se espera en ese laberinto?
¿Seras un ladrillo más en la pared?
¿O una gota de agua vertida en el rio?
Usurpador maligno de tardes violentas
Forastero, cínico pobre del Jazmin que cae en tu árido jardín
Aléjate seductor, delincuente de hipnosis, rapaz devorador
Pon tu carro en marcha, acelera pronto la distancia
Deja que te vea por última vez y beba de tu áspero vino tinto
Cómo te quiero amor mío, fuiste tantas lunas solo mío
Solo una vez más te suplico déjame ya tus besos y tu largo olvido
Este sufrimiento que es un rosario de tristes recuerdos
Es mi calvario y amargo recuerdo