Has aparecido de repente,
inesperadamente
Con tu radiante mirada y esa sonrisa que en el corazón se clava.
Has llegado como un rayo de sol que alumbra un día nublado
Y como todo día soleado, no se si estas aquí para quedarte….
Probablemente no…
Pero radias esperanza y quiero vivírte a cada instante.
Quiero que nos poseamos
Pero sin llegar a pertenecernos.
Pues con la posesión llega siempre el final del amor
Y deseo que estos sentimientos sean eternos…
Gracias a ti, rubia de ojos misteriosos por sacarme de este eterno invierno.