Te venzo ¡oh muerte! y te reclamo:
por todos aquellos que yo quería
y que a tu lado han partido.
Te llevaste contigo sus risas,
su amor y sus consejos,
te llevaste una parte de mi
con cada uno de ellos.
A nadie más me quitarás,
no volverás a arrancarme lo que es mío;
si el precio por vencerte es mi vida:
¡te la entrego!
aunque al hacerlo pierda
todo aquello a lo que ahora me aferro.
Pues prefiero ser yo quien renuncie
y tener el control de mi destino
y no llorar impotente
viendo como me vas dejando sola ...
¡oh muerte yo te venzo!
y por eso me voy contigo.