Ese ¿por qué? se ha incrustado como red en mi nombre, me mostraste las razones de tus actos, ahí no está ese ¿por qué?, aun eres sincero suicidándote de mis días, ahí no está mi ¿por qué?, el verte feliz sin mí y yo aquí tratando de serlo, ahí no se encuentra el ¿por qué?, el llegar a vivir pensando en que conocer tu persona no fue más que un grito desesperado de mi desahuciada imaginación es lo que más me aterroriza, sin embargo el ¿por qué? tampoco estará ahí, ha pasado más de lo necesario para que me importes tanto como te soy indispensable en nuestro ahora pero el ¿por qué? no se puede observar ahí, por más que deseo el creerte ser algo banal, cada que intento asesinarte de mis recuerdos al instante reencarnas con una fuerza notoriamente mayor y el ¿por qué? es inapropiado colocarlo ahí, solo me gustaría que la cobardía no hubiese tomado el mando de tu actuar y no decirme mis perfectos arrebatos escudándote en una burbuja de cristal, sin más el ¿por qué? definitivamente no lo encontraras jamás ahí, el famoso ¿por qué del estado de cosas? no se refiere en su totalidad a ti experimentado egoísta, si no ¿por qué continuo pensándote a diario como un reflejo de perfección absoluta?.
Cielo.