Blanco y muy delgado,
tierna su textura.
En sartén o en panquequera,
se cocina de un solo lado.
Del clásico al verde,
su color va cambiando.
De la espinaca o de la acelga
su intensa clorofila va tomando.
Tan solo una pizca de extracto de tomate
lo tiñe de rojo por completo.
Se carga de rellenos con sabores bien logrados.
con una variedad de especies sazonado.
Con tiernas verduras al sudado.
Con cebolla picada finamente,
en pluma o doble ciselado.
También los hay de jamón y queso
Simplemente.
El cocinero, paso a paso,
varias forma le va dando.
Ya en el plato, luce su silueta
reposado sobre salsas de colores.
Ceñida su cintura
con delgada cinta de verdeo.
Abrigado con un suave contorneo.
¡Por la Madre de las Salsas!
“¡La Reina Bechamel!”
Alma Misionera
23/04/17