Soy muy feliz, ya tengo un buen amigo;
mucho le amé, mas Él me amó primero.
Gran gozo siento por su amor sincero
y aunque sé que se fue vive conmigo.
Por doquiera que va con fe le sigo:
por Él desprecio y dejo lo que quiero
y aunque por su amistad al mundo muero,
sé que en Él, hallaré vida y abrigo.
Príncipe es Él y eterno su reinado;
tengo en su reino, para mí guardado,
¡lugar de luz y de esperanzas bellas!...
Mi anhelo y mi ilusión está a su lado,
por eso ansioso espero su llamado,
para vivir con Él ¡en las estrellas!...