(A este poema le falta un verso (un beso) )
Y así mi estro persiguió
lo más ansiado: tu beso,
tus besos de gasas y esencia azucarada.
Pretendí encontrar cual orquídeas
tus más escondidos y dulces besos
allá, en la Amazonia;
en la niebla mexicana
o en los ecos de los pelo largos de Liverpool.
Y busqué tu beso imaginado
ideado, esperado, soñado
entre las olas de ese mar
crepitante que me resuena
y que llevo conmigo a todas partes.
Pretendo, he pretendido saborear
tu beso en la miel destilada
de abejas silvestres;
caminante de jornadas repetidas
sediento colibrí y pelícano hambriento,
he ido a la isla de Martí en tu búsqueda,
y te busqué en los lagos de Zúrich;
en los grandes ríos orientales
allende los Andes;
y escudriñé tu ansiado, tibio beso
cuando crucé los Alpes y el Monte Blanco
y las blancas sendas
de nevados y volcanes.
Y tu beso, no lo sabía,
también me perseguía
y tan cercano iba,
que escuché su llanto,
y vi las estrellas de su atuendo
y me sonó su arrollador paso
cuando sólo le pedí se detuviera
y posara a mi lado.
No lo sabía
siempre había estado a mi costado.
Y ...