Hoy nuevamente te vi amada mía,
en la inmensidad de los cielos
te contemplaba…
Escuché tu sonreír en la alborada,
mientras el viento cadencioso,
tu nombre… a mi oído murmuraba.
La brisa de aquel momento
me tocaba… me acariciaba…
sentí que tus labios me besaban.
Cerrando los ojos por segundos
te miraba… te respiraba…
te sentía, otra vez enamorada.
Los salientes rayos del sol
en dulce armonía te alumbraban,
¡Oh, éxtasis!.. Que a mi alma disipaba.
Quieta paz… dulce armonía…
Un gorjear de aves tornó el ambiente
en dulces sinfonías,
solo decían… que eras mía.
¡Oh!.. Eterna compañera
siempre reinarás en mi vida,
a pesar que tu ausencia me lastima
siento el gozo de tenerte,
te hallo todo el día,
en cada mañana…
en cada verso…
en cada segundo de mi vida…
(victolman)