Me he rendido ante los vientos
dejando escurrir mis sueños
mordiendo la textura del abatimiento
a pocos metros del empeño.
Pero, deseo mis días desafiantes
para rescatar las fuerzas perdidas
y ver por donde avanza el destino
y enfrentar la vida y sus nuevos desafíos.
Deseo ir por las calles muy decidida
mirando como se despeina el universo
por la energía de la marcha emprendida
ante la belleza de cada madrugada.
Deseo esa libertad que fue aturdida
para que la alegría retorne incontenible
hacia ese impulso nuevo y atrevido
como el escultor del tiempo renacido.