Solo con una mirada,
despiertas el fuego apagado,
y de repente has despertado,
en mi, el sueño de otra madrugada.
Yo envídio al animal mudo,
que solo con señas entiende,
el animal que nunca ofende,
aunque esté siempre desnudo.
Estar desnudo no es pecado
Porque desnudos venimos al mundo
Somos el fruto deseado.
Buscamos con los ojos
Vagabundeamos como un trotamúndo
Y así evitamos todos los enojos.