Los años han borrado
poco a poco
tus ojos, tu risa,
los momentos todos
las lágrimas también
van escapando…
No hay nada que hacer
ni que buscar
el vacío se abre profundo
ante mis ojos
impotente veo
tus lejanos pasos
conquistar la cuesta
que lo olvida todo.
Ahora estoy sentada
en esta soledad que duele
en la caverna lúgubre
de una partida eterna
donde el silencio grita
mil veces tu nombre.