Sin tener nombre la ciudad donde voy caminando,
van cantando la misa pajaritos extraviados,
Adonde saltan los niños y se besan sus padres;
hay una banca en la calle que nos está esperando,
Adonde las nubes no llegan sino es para mojárnos;
y la existencia no avanza, se queda varada;
porque dos humanos se miran; y somos nosotros.