Te bese y me besaste; ¿te acuerdas?
fue ese instante, donde el placer se volvió condena…
me condenaste a tu amor
que no tiene compasión
fue una noche de mil besos
ardientes y placenteros
desconocidos; amantes y usurpadores
eran tu cuerpo y mi cuerpo
ejercías tu ley
con cada prenda que quitabas de mi cuerpo
y como entenderlas
si me embaucaba tu cuerpo
fuiste juez imparcial
en silencio; juzgando mis prejuicios
un adiós sin palabras fue tu veredicto
pagando mi condena; en la cárcel de tu olvido
fue mi cuerpo un documento
y una rúbrica tus besos
en esa sentencia…
¡a amarte toda mi vida!
Mia Aragon
25/04/2017