¡¡¡¡¡¡ UMBRALES !!!!!!
Y qué importa si afirman por ahí
que soy sólo un iluso poetastro.
Mi respiración es diáfana y aérea
limpia como los manantiales que recién
nacen en las ariscas y encumbradas peñas.
Sí, Señores, sigan perdonando mi inmodestia:
¡respiro tranquilo ... muy tranquilo!
por fin han cerrado todas mis heridas,
quedan, eso sí, con rúbrica indeleble,
diseminadas por toda mi agreste
y humana geografía,
las recordatorias y necesarias cicatrices.
Cómo me deleita y lo disfruto,
de cuando en vez, acariciarlas:
no vayáis a pensar morbidamente,
y esto no tengo tampoco que advertíroslo...
que hay en mi interior cierto goce masoquista
o un ligero toque de excentricidad.
¡No! ... Conozco mi propia historia,
sin hesitación alguna,
para no repetirla.
Y me sirve de acicate y catapulta
para continuar mi viaje hacia los umbrales
de la meritoria conquista.
Lo tengo muy claro y seguro:
¡vosotros, tomad atenta nota!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino.