Por Gaviota Romero Blandino
Año 1989
Escuchando aquel grito de silencio.
Sintiendo y no teniendo, careciendo de ti,
llorando y riendo a un mismo tiempo.
Mis ojos te buscan y sólo encuentro
vacío a mí alrededor, oscuridad y silencio.
Mis manos quieren tocarte,
pero sólo el frío de la noche encuentro.
En este silencio deseo oír tu voz,
pero, sólo escucho el viento.
La lluvia en los cristales toca
con sus fríos dedos, como fugaces
lágrimas deslizándose en silencio.
¡Calla lluvia!, ¡calla viento!
que mis pensamientos
dormidos ya se han quedado,
y no quiero que despierten,
que quiero seguir viviendo.
Silencio… silencio.