Sentada en el borde del abismo, recordé aquel nuestro primer roce de labios..
Dulce amanecer que atardece en nuestro regazo, crepúsculo perfecto.
Desde acá, veo la colina que ahora está llena de margaritas y nos recuerdo sentados en aquel lugar,
recuerdo la inocencia que brotaba de nuestro ser
tú mi aura bendita, pura, yo, oscuridad un tanto turbia, confusa..
Y te recuerdo mi amor, hablándome con timidez, tú mis palabras más sensatas, más tranquilas.
Te recuerdo siendo paz, marea tranquila, viento que guía mi embarcación perdida
te recuerdo sanando en mi heridas de la infancia
pasando sobre mi como río que sigue su cause, unificando, uniendo, perpetuando mis sentimientos..