Hay un árbol caído
al lado de una fuente
ríen los niños, pasa la gente
nadie lo quiere, nadie lo nombra
ya no da sombra
ya no sirve para nada
los pájaros ya no hacen nido
la madera, no vale
el árbol está podrido
pasé la otra tarde
y a descansá me senté
y en silencio, escuché un gemido
era la madera o el viento
no lo sé, me pareció un latido
me dio pena verlo así
triste, solo y caído, llorando me fuí
volví al momento, y sembré
a su lado un sarmiento
y de la fuente lo regué
ya no estas solo
el sarmiento crecerá
y beberá de la fuente
y sombra te dará
cantaran de nuevo los pájaros
y el caminante cansado
se dormirá a tu lado
yo maldigo el hacha
que taló tu cuerpo
y secó tu sabia en el olvido
por Dios, yo os lo pido
no hacer nunca astillas
del árbol que está caído...