Oración y pobreza
El que estaba en la otra orilla
no era distinto a lo que tú eras.
Eran lo mismo… eran iguales.
Los abismos tú los aceptaste
te los impusieron… te los mostraron
- tu corazón endurecieron.
¡Atrévete a dar el paso,
camina hacia sus orillas…
¡Comparte tu pan… abre tu mesa…!
¡Una sonrisa desde tu alma…dibújala y libérala…!
¡Las muchas de tus oportunidades aprovéchalas…!
Al que está en el otro lado, en la otra orilla
¿cuánta falta le hacen...
esas mismas que tú desechas?
La vida no es tan fácil…
piensa que alguna de esas pudieran llegar
a esos olvidados que siempre
- has visto en la otra orilla,
y que sus estómagos vacíos,
- los llenaron solo con migas…
¿Acaso no tenían derecho a comer del pan que tú tenías?
¿No te das cuenta que sus padre caminaron la ciudad
- eternamente empujando el carro de la pobreza…
sólo para cambiar las migas,
por un pan para sus hijos, el sustento…?
¡Jamás un manjar de aquellos que tú botabas!
¿No apreciabas al mirar desde tu coche...?
que ellos caminaban por las calles
en silencio y sin hacer ruido…
¿La pobreza ellos, deben sufrirla,
en silencio… solo orando en los templos?