argantonio

El judío errante

Nunca perdí la memoria,

siempre viví un sueño

que me ayudó a atravesar

la vida,él fue el maná

de mi desierto, sobreviví

a hostiles sentimientos

me hice italiano, griego,

eslavo, germano y desde

mi Toledo manchego,

paseé por el mundo

el viejo castellano y

guardo como un tesoro

la llave de la vieja casa,

soñé siempre con la casa

eterna, la ciudad celestial,

cuando ya nada quedaba,

soñé con un jardín

regado con lágrimas

del cielo.

Liberado al fin de la

tiranía de todos los

dioses ultraterrénos.